En Polonia, el endeudamiento total del sector superó los 1.590 millones de zlotys (unos 370 millones de euros) a finales de abril de 2025, con un 80% concentrado en el transporte por carretera. La situación se ve agravada por los largos plazos de pago, costes operativos crecientes y presiones regulatorias. Aunque las microempresas dominan el mercado, muchas se enfrentan a problemas severos de liquidez y fiabilidad crediticia, lo que aumenta el uso de herramientas como el factoring.
Pero los problemas no se limitan a Europa del Este. En Bélgica y Francia, el número de quiebras en el transporte ha alcanzado niveles sin precedentes. Solo en el primer trimestre de 2025, Bélgica registró más insolvencias en el sector que nunca antes, con 106 empresas declaradas en quiebra recientemente, frente a 73 en el mismo periodo de 2024. En total, 307 empresas del transporte belga quebraron en 2024, un 10% más que en 2023, según datos del Institut Transport Routier & Logistique Belgique.
Los expertos del sector advierten que la presión estructural sobre los márgenes, los costes regulatorios, los combustibles y la escasez de carga seguirán afectando negativamente la salud financiera de los transportistas europeos, haciendo indispensable una adaptación rápida y flexible a un entorno cada vez más hostil.