El 7 de julio de este año, el Tribunal de Distrito de Kolding (Dinamarca) recibió una solicitud de declaración de quiebra, y tan solo dos días después, el juez emitió una resolución al respecto, que no solo afectó a la empresa danesa Contrans, sino también a sus filiales Contrans Driftsmateriel y Contrans Ejendomme. Pocos días antes, Henrik Holger Hansen dimitió de su cargo de presidente del consejo de administración.
Ya en el informe anual de 2023, la empresa señalaba que el transporte de contenedores estaba bajo presión, entre otras razones, debido a las guerras en Ucrania y la Franja de Gaza.
La dirección de la empresa tomó en 2023 la decisión estratégica de retirarse gradualmente de la actividad de transporte debido al estancamiento del sector y al constante aumento de los costes de explotación de los propios vehículos”, se leía en el informe financiero.
Meses de salarios impagados
Poco después del anuncio de la quiebra, el sindicato danés 3F comenzó inmediatamente a calcular las reclamaciones por sueldos, pensiones y prestaciones por vacaciones para los trabajadores afectados, preparando las solicitudes correspondientes al Fondo de Garantía Salarial (Lønmodtagernes Garantifond). En el momento de la quiebra, la empresa danesa empleaba a 119 personas, que, según el sindicato, tenían retrasos salariales de hasta seis meses.
Escala flagrante de abusos
Cabe recordar que hace tres años, periodistas de la revista sindical 3F Fagbladet revelaron la magnitud de los abusos cometidos contra los conductores que trabajaban para la empresa. Entre las víctimas había ciudadanos de Filipinas y Europa del Este, obligados a vivir durante años en las cabinas de los camiones y a trabajar por salarios muy por debajo del mínimo danés.
En 2022 se descubrió que los conductores contratados por la filial polaca de Contrans, Henrik Hansen Sp. z o.o., percibían apenas 15–25 coronas danesas por hora de trabajo (aproximadamente 2–3,3 euros). En ese momento, el salario mínimo por hora en Dinamarca era de 163,5 coronas (unos 22 euros). El sindicato 3F publicó testimonios de conductores que vivieron durante meses, e incluso años, en sus camiones. Uno de ellos, Felipe, confesó haber pasado tres años en la cabina, regresando a Filipinas solo dos veces.
Las condiciones laborales no eran las únicas ilegales: también lo eran las prácticas operativas. Los conductores realizaban regularmente transporte de cabotaje en Dinamarca, superando los límites legales. Las quejas y advertencias al empleador solo se respondían con vagas promesas de que “si hay una inspección, la empresa pagará la multa”.
Investigación, sanciones y caída de beneficios
En febrero de 2022, un conductor jubilado presentó una denuncia oficial ante la policía. En septiembre de ese mismo año, la policía danesa realizó un registro en la sede de Contrans en Kolding. En 2023, el transportista fue sancionado con una multa de 1,2 millones de coronas danesas (unos 160.000 euros) por violaciones de las normativas sobre cabotaje y descansos de los conductores. La filial en Varsovia, Henrik Hansen Sp. z o.o., recibió una sanción de 750.000 coronas (aproximadamente 100.000 euros).
Ese mismo año, la empresa registró unas pérdidas superiores a los 6,4 millones de coronas (unos 859.000 euros), a pesar de haber obtenido el año anterior un beneficio de 14,3 millones. En el informe financiero se anunciaba el cierre progresivo de las actividades de transporte.
Presión social y política
Tras la revelación de las irregularidades relacionadas con Contrans, el caso atrajo la atención de los políticos daneses. Se solicitó explicaciones a la nueva ministra de Transporte, Trine Bramsen, así como a los principales clientes del transportista: JYSK y Bestseller. Ambas empresas exigieron aclaraciones inmediatas.
Vínculo con Polonia
Un papel clave en el modelo empresarial fraudulento de Contrans lo jugaba la filial polaca registrada en Varsovia, a través de la cual se contrataban conductores de terceros países y de Europa del Este. Los salarios se pagaban en zlotys, y según los sindicatos, no tenían nada que ver con los convenios colectivos vigentes en Dinamarca.
Axel Junker, entonces presidente de Contrans, admitió en 2019 que la embajada danesa ayudó a la empresa a analizar el mercado y establecerse en Polonia. Sin embargo, afirmó que no se trataba de dumping social.