Los registros oficiales indican que, de las 458.200 entidades registradas en el sector del transporte por carretera, 6.700 se encuentran en una situación financiera delicada. Cabe señalar que la crisis no solo afecta a las empresas, sino que impacta también seriamente a los pequeños empresarios y, especialmente, a los autónomos. Solo en la primera mitad de 2025, casi 260.000 personas en Rusia declararon bancarrota, incluidos numerosos negocios unipersonales.
Hay muchas razones para este colapso, pero la más evidente es el incremento de los costos operativos en el transporte. En mayo de 2025, la tarifa media de carga era de 66 rublos (0,71 euros) por kilómetro, mientras que los costos ascendían a 82 rublos (0,88 euros). El aumento de los precios del combustible (entre un 15 % y un 20 %) y la desaparición de los descuentos para grandes empresas por parte de los proveedores solo agravaron la situación.
El costo del transporte en la primera mitad de 2025 aumentó un 15 % debido al alza en los precios del combustible, el mantenimiento del equipo y los salarios de los conductores”, afirma Mikhail Ustyuganin, presidente de Lider Trans, en declaraciones al periódico Izvestia.
Las tarifas de carga se han convertido en el principal dolor de cabeza de los transportistas rusos. En febrero de 2025, los precios del transporte cayeron casi un tercio en comparación con el año anterior, lo que —sumado al aumento de los costos operativos— redujo drásticamente los márgenes de las empresas.
Una carga adicional para el sector es la creciente presión financiera. El retorno masivo de vehículos arrendados desde finales de 2024 y su crecimiento mensual del 20 % desde junio de 2025 constituyen una clara señal de advertencia.
Una situación así no se había visto en 17 años”, añade Ustyuganin.
Flotas propias de los cargadores
Otro factor que agrava la situación de los transportistas más pequeños es el rápido desarrollo de flotas propias por parte de las cadenas minoristas y las plataformas de comercio electrónico. Cada vez más empresas gestionan sus entregas de manera interna, reduciendo la demanda de servicios externos.
Para finales de año, el mercado podría enfrentarse a una grave escasez de liquidez. Los bancos ya han endurecido sus políticas crediticias y es probable que esta tendencia continúe.
Se estima que en 2026 otro 7 % de los transportistas por carretera podría desaparecer del mercado ruso. En especial, están en riesgo las empresas con elevados compromisos de arrendamiento.
Cambios regulatorios que aprietan las tuercas
A esta presión se suma el aumento de la tarifa de reciclaje, que se incrementará otro 10 % a partir del 1 de enero de 2026, hasta casi 3 millones de rublos (32.000 euros) para una cabeza tractora de hasta 20 toneladas.
Con una indexación anual prevista del 10 % al 20 % hasta 2030, la compra de vehículos de fabricantes extranjeros dejará de ser rentable para muchos transportistas, lo que dificultará la renovación de flotas y podría reducir aún más la capacidad de transporte, explica Alexander Zaretsky, subdirector general de Baikal-Service TK.
La tarifa de reciclaje o disposición se aplica en Rusia principalmente a importadores y fabricantes de vehículos de motor. Su objetivo es financiar el sistema de recolección, transporte y procesamiento de vehículos usados para su eliminación segura.
A partir del 1 de enero de 2026, los transportistas rusos perderán también la posibilidad de utilizar el régimen fiscal simplificado. Además, el uso de cartas de porte electrónicas y el registro obligatorio de operadores logísticos incrementarán los costos administrativos. Aunque estas medidas buscan limitar los abusos —que se estima representan más del 60 % del mercado— también añadirán presión al sector.
En este contexto, la salida masiva de empresas transportistas del mercado no resulta sorprendente.
El retorno masivo de vehículos a las compañías de leasing está alcanzando niveles récord. Las marcas europeas han desaparecido, al igual que el modelo de inversión anterior, en el que un transportista podía recuperar parte de la inversión vendiendo el vehículo usado tras unos años”, señala Alexey Ivanov, propietario de la red de concesionarios de transporte comercial Alliance Trax.
“Los transportistas simplemente ya no pueden sostenerse financieramente”, concluye.









