Aparentemente, es una historia como otras. Vitali, un camionero, que deseaba traer sonrisas a los niños enfermos, organizó para ellos una gran diversión y les permitió pintar su camión favorito. En esencia, es una historia con una tragedia humana en el fondo, que afortunadamente terminó con un final feliz. Vitali fue también un paciente del departamento de oncología infantil.
Hoy, Vitali tiene 45 años. En la infancia, sufrió la enfermedad de Hodgkin, conocida como linfogranulomatosis (es un cáncer del sistema linfático). Pasó un largo año en el hospital, gracias a lo cual sabe lo aburridos, grises y vacíos que pueden ser los días en la sala. Afortunadamente, ganó la batalla. Cuando creció, se convirtió en un conductor profesional. Compró un camión Kenworth de 9.5 toneladas, que viajó por casi todo el mundo.
Él nunca se olvidó de la enfermedad. Recordó la mayoría de los días pasados en el hospital y de los otros niños acostados en las camas vecinas. Es por eso que decidió ayudar incluso a aquellos que aún se recuperan después del tratamiento.
En la organización de la campaña, ayudó a Vitali, la Fundación Konstantin Chabienski. El representante de la Fundación admite que, a pesar de dar su vehículo favorito, en el que el conductor es literalmente enamorado, no ha sido una tarea fácil, él no se arrepintió de su decisión.
Fot. Fundación Konstantin Chabienski/VKontakte