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El viernes 14 de febrero, en la autopista alemana A2, en Gütersloh, cerca de Bielefeld, la policía detuvo un camión con un semirremolque con matrícula búlgara para inspeccionarlo. El grupo se dirigió hacia Hannover. Durante el control, los agentes descubrieron que el conductor griego utilizaba dos tarjetas de conductor. La policía descubrió que en el tacógrafo del tractor semirremolque estaban registrados los datos de dos conductores diferentes.
Los cambios de conductor siempre se producían después de que cada uno de ellos hubiera alcanzado el tiempo máximo de conducción permitido. Sin embargo, durante la verificación no se pudo encontrar al segundo conductor. “Por este motivo, los agentes sospecharon que el griego de 58 años utilizaba dos tarjetas de conductor diferentes para cometer deliberadamente infracciones de tiempo de conducción y así ocultarlas”, indicó la policía de Renania del Norte-Westfalia en un comunicado.
Durante una inspección más detallada, la policía encontró una segunda tarjeta de conductor en el vehículo. Por lo tanto, concluyeron que el tiempo de conducción del presunto segundo conductor podía atribuirse al conductor griego.
Durante la inspección se detectaron más violaciones de las normas sociales por parte del empresario búlgaro. La multa para el conductor griego es de aproximadamente 18 mil euros, y para la empresa búlgara – alrededor de 200 mil euros. “La tarjeta del segundo conductor fue confiscada”, informó la policía.
El caso de este transportista debe servir de advertencia a los empresarios del transporte que no respetan las normas sociales. Ignorarlos y romperlos, como muestra la realidad, puede resultar muy costoso para una empresa.