El debate ha sido encendido por la Asociación Neerlandesa de Conductores-Empresarios (VERN), que advierte que los sistemas de asistencia al conductor obligatorios, como el control de crucero adaptativo (ACC) y el sistema avanzado de frenado de emergencia (AEBS), lejos de aportar tranquilidad, pueden provocar situaciones de riesgo.
Sistemas diseñados para ayudar… ¿pero que pueden poner en peligro?
Según VERN, múltiples informes de conductores profesionales alertan sobre frenadas bruscas e imprevisibles originadas por la intervención de estos sistemas. En condiciones de tráfico denso o con comportamientos imprudentes de otros usuarios, estas reacciones automáticas pueden convertirse en un auténtico peligro.
Numerosas notificaciones de nuestros miembros se refieren a reacciones de frenado repentinas e imprevisibles que, en la práctica, generan situaciones peligrosas en la carretera”, señala VERN.
El problema no se limita solo a la seguridad vial: incluso una carga debidamente asegurada puede sufrir daños bajo la fuerza de una frenada de emergencia activada por AEBS.
La experiencia frente a la lógica de la máquina
VERN ha llevado a cabo un análisis exhaustivo de la interacción entre el conductor, la tecnología y la realidad del tráfico. La conclusión: aunque el AEBS funciona técnicamente de acuerdo con sus parámetros, su lógica a menudo colisiona con la experiencia de un conductor profesional.
El conductor suele evaluar mejor la situación y aplicar una frenada más suave, mientras que el sistema opta por una intervención máxima”, explica la asociación.
Para los transportistas, esta diferencia no es trivial: una reacción mecánica que no contempla el contexto puede desestabilizar tanto al vehículo como al tráfico circundante.
Una recomendación polémica: apagar el sistema en ciertas situaciones
Basándose en la experiencia práctica de sus miembros, VERN recomienda que en situaciones específicas de riesgo —como tráfico denso, caótico o incorporaciones peligrosas— los conductores desactiven temporalmente los sistemas de asistencia.
La lógica detrás de esta recomendación es clara: mantener el control absoluto del vehículo y reaccionar en función de la propia experiencia profesional.
Eso sí, la organización subraya que esta no es una llamada generalizada a desconectar la tecnología. Los sistemas de asistencia son obligatorios y en muchos casos salvan vidas. Pero, según VERN, el criterio del conductor debe seguir siendo la piedra angular de la seguridad vial.
Próximos pasos: diálogo, educación y seguridad de la carga
La asociación no quiere quedarse únicamente en la crítica. A partir de los resultados de su investigación, VERN planea impulsar una política de seguridad vial más integral, basada en tres ejes principales:
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Campañas educativas dirigidas a conductores de turismos.
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Diálogo directo con fabricantes de sistemas de asistencia.
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Reforzar la importancia del aseguramiento correcto de la carga.
“Nuestro objetivo no es solo advertir, sino promover cambios que realmente aumenten la seguridad de todos los usuarios de la carretera”, concluye VERN.