El OBD-II es tratado por la policía francesa tan seriamente como los emuladores de AdBlue o el imán. Puedes recibir una multa alta en Francia por tener un dispositivo para la corrección de errores.
Aunque el OBD-II (o su equivalente europeo OEBD) es un sistema aparentemente inocente que controla el funcionamiento de todos los dispositivos que afectan las emisiones finales de un vehículo, su posesión en Francia puede generar problemas tanto para el conductor como para el transportista.
Recientemente, durante una inspección de rutina buscando tal equipo en el vehículo, un empleado de una empresas de transporte polaca fue multado en este país. La policía encontró un dispositivo suelto en el camión, que en su opinión podría ser utilizado para ocultar infracciones o irregularidades (por ejemplo, la falla del sistema de limpieza de los gases de escape). En Francia, la posesión o el transporte de dicho equipo está prohibido y es multado severamente. Se corre el riesgo de recibir una multa de 1.500 euros, tener que hacer una visita forzada al taller e incluso perder la licencia de conducir en Francia por un período de dos años.
Leyes francesas
El Código de tráfico francés (Artículo R413-15 del Code de la route) establece multas no solo por tener radios o teléfonos inteligentes que advierten sobre las cámaras de velocidad fijas, sino también dispositivos como el OBD-II:
“I. La posesión o el transporte de un dispositivo o producto que pueda detectar la presencia o interferir en la operación de dispositivos, herramientas o sistemas utilizados para detectar infracciones de la ley o las normas de tráfico o que puedan impedir la detección de dichos delitos de tráfico se castiga con una multa (…). El uso de un dispositivo o producto de la misma naturaleza se castiga con la misma pena”.