La votación en la Cámara Baja ha devuelto el debate al punto de partida: pese al apoyo de organizaciones sectoriales y algunos gobiernos insulares, solo una isla quedará finalmente fuera de la obligación.
Un intento de ampliación que no supera el trámite parlamentario
La Ley de Movilidad Sostenible regresó la semana pasada al Congreso de los Diputados después de su paso por el Senado, donde se había incluido una enmienda que pretendía liberar del tacógrafo a las islas de hasta 750 kilómetros cuadrados. La propuesta iba más allá de la restricción vigente, que actualmente solo exime a islas de hasta 250 kilómetros cuadrados.
Sin embargo, el Congreso no aprobó dicha enmienda, lo que mantiene la regla actual y bloquea cualquier ampliación del mapa de exenciones.
Esto supone que todas las islas de más de 250 kilómetros cuadrados deberán seguir utilizando tacógrafo, incluyendo las rutas internas de Baleares y Canarias.
Una normativa mucho más restrictiva que la europea
La regulación comunitaria permite que los Estados miembros eximan del uso del tacógrafo a las islas de hasta 2.300 kilómetros cuadrados. De hecho, hasta 2022 España aplicaba una exención más amplia, permitiendo quedar fuera a las islas con superficie de hasta 1.500 kilómetros cuadrados.
Todo cambió en 2022, cuando el Gobierno español endureció la norma y redujo la exención a islas de menos de 250 kilómetros cuadrados. El resultado es contundente:
Formentera es la única isla española exenta del uso del tacógrafo.
Todas las demás islas de Baleares y Canarias deben instalar y utilizar el dispositivo, además de cumplir estrictamente los tiempos de conducción y descanso.
Transportistas insulares denuncian la falta de coherencia
Las asociaciones de transporte de Baleares y Canarias, con respaldo institucional en algunos territorios, defendían que la exención se extendiera a islas de hasta 750 kilómetros cuadrados. Esto habría incluido a:
– Ibiza
– Menorca
– Lanzarote
– La Palma
– La Gomera
– además de Formentera
El argumento central es la falta de proporcionalidad: muchos servicios insulares no superan recorridos de 25 kilómetros, mientras que otros sectores en la península, con trayectos de hasta 100 kilómetros, sí están exceptuados del uso del tacógrafo por razones operativas (hormigón, maquinaria de construcción, entre otros).
No obstante, sin apoyo suficiente en el Congreso, la situación no cambiará y todas las islas mencionadas deberán seguir sometidas a las reglas de conducción y descanso.
Qué significa esto para el transporte insular
Para transportistas de Baleares y Canarias, el mantenimiento obligatorio del tacógrafo implica:
– seguir equipando todos los vehículos con el dispositivo
– respetar íntegramente los tiempos de conducción y descanso
– asumir controles y sanciones en caso de incumplimiento
– mantener obligaciones pese a operar en distancias muy reducidas
Las organizaciones sectoriales ya han anunciado que continuarán reclamando una revisión futura, alegando desigualdad, falta de adaptación a la realidad insular y un impacto operativo significativo.









