En los últimos años, el tacógrafo digital ha pasado de ser un mero instrumento de control a una de las áreas más vigiladas en las inspecciones en carretera. Con la llegada del tacógrafo inteligente de segunda generación (G2v2) y las exigencias normativas europeas más estrictas, su mala gestión puede derivar en sanciones que superan fácilmente los miles de euros, además de la inmovilización inmediata del vehículo.
Las infracciones más comunes
Según datos de Tadig, empresa especializada en el análisis de tacógrafos digitales, la mayoría de sanciones provienen de un uso inadecuado o directamente del incumplimiento normativo. Entre las más habituales destacan:
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Circular sin un tacógrafo conforme – desde el verano de 2025, el G2v2 será obligatorio en transporte internacional. En España, la multa es de 2.001 euros, acompañada de la inmovilización del vehículo.
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Manipulación del dispositivo o falsificación de registros – sanciones que oscilan entre 2.001 y 6.000 euros, con riesgo de perder la licencia.
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Exceso del tiempo máximo de conducción – multas de 1.500 a 4.000 euros, que pueden suponer la inhabilitación temporal para continuar la ruta.
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Falta de calibración obligatoria cada dos años – sanciones de 1.000 a 2.000 euros y retención del vehículo.
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Descargas de datos fuera de plazo – tarjeta del conductor (cada 28 días) y unidad del vehículo (cada 90 días); multa de 600 a 2.000 euros.
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Registro incorrecto de la disponibilidad del conductor, lo que genera datos incompletos, con sanciones en torno a 1.000 euros.
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Anomalías detectadas en las lecturas remotas del tacógrafo, que pueden alcanzar los 4.000 euros.
El impacto económico y de reputación
Las consecuencias para las empresas de transporte van más allá de la multa. La inmovilización de un camión en una inspección internacional significa retrasos en entregas, pérdida de confianza del cliente y sobrecostes logísticos, que en algunos casos superan la propia sanción.
Además, la reiteración de infracciones puede poner en riesgo la buena reputación del transportista, un elemento clave para conservar contratos con grandes cargadores o acceder a licitaciones internacionales.
Multas en Europa: un mapa de sanciones
La falta del tacógrafo G2v2 no solo se penaliza en España. La disparidad de sanciones en la UE refleja la dureza con la que cada país aborda el incumplimiento:
País | Monto de la multa | Sanciones adicionales |
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Francia | Hasta 30.000 € | Hasta 1 año de prisión para el conductor; inmovilización del vehículo |
España | 2.001 € | Vehículo inmovilizado hasta el reemplazo del tacógrafo |
Portugal | Hasta 6.000 € | — |
Alemania | 1.500 € | — |
Italia | Conductor: 866–3.464 € / Propietario: 831–3.328 € | Suspensión de la licencia hasta 3 meses |
Lituania | Conductor: 350–600 € / Transportista: 900–1.700 € | Prohibición de circular hasta cambio de tacógrafo |
Reino Unido | 300 £ | — |
Irlanda | Hasta 5.000 € | Hasta 6 meses de prisión; obligación de revisión en taller |
Polonia | 12.000 PLN (empresa: 10.000 PLN, gestor: 2.000 PLN) | Retención del certificado hasta 7 días; posible pérdida de la buena reputación |
La conclusión es clara: el tacógrafo, lejos de ser un simple dispositivo de control, se ha convertido en un factor estratégico para la supervivencia de las empresas de transporte en Europa. Su correcta gestión no solo evita sanciones, sino que protege la continuidad operativa y la competitividad en un sector cada vez más exigente.