La decisión adoptada por el Parlamento Europeo marca un cambio importante en la política de movilidad de la Unión Europea. Con la nueva directiva, los jóvenes podrán acceder antes a las licencias de conducir profesionales, mientras que los estados miembros tendrán que reforzar los controles médicos y la calidad de la formación.
Licencias a partir de los 18 años
Según las nuevas normas, la licencia de conducir de categoría C podrá obtenerse a partir de los 18 años, siempre que el solicitante posea un certificado de competencia profesional. En ausencia de dicho certificado, los derechos de conducción se adquirirán solo después de cumplir los 21 años.
Reglas similares se aplicarán a la categoría D: los conductores con formación profesional podrán trabajar desde los 21 años, mientras que los demás deberán esperar hasta los 24 años.
Este paso, según el Parlamento Europeo, busca aumentar la disponibilidad de profesionales en el sector del transporte sin comprometer los estándares de seguridad en carretera.
Validez más corta y controles de salud obligatorios
Las licencias de conducir para camiones y autobuses tendrán ahora una validez máxima de cinco años. No obstante, los estados miembros podrán acortar este período para los mayores de 65 años, con el fin de garantizar revisiones médicas más frecuentes.
Antes de emitir o renovar una licencia profesional, los conductores deberán someterse a exámenes médicos completos, que incluirán controles de la vista y del sistema circulatorio. En el caso de los conductores privados, los países podrán aplicar un procedimiento más simple de autoevaluación de salud, pero los profesionales permanecerán bajo supervisión médica continua.
Licencia digital y cooperación europea en infracciones
La reforma introduce también la licencia de conducir digital, disponible a través de una aplicación móvil oficial. Sin embargo, los conductores conservarán el derecho a solicitar una tarjeta física, que deberá emitirse en un plazo máximo de tres semanas desde la solicitud.
El formato digital facilitará los controles en carretera, reducirá el riesgo de fraude y agilizará el intercambio de información entre los países de la UE.
Uno de los pilares de la reforma es precisamente este intercambio de datos transfronterizos. Los estados europeos compartirán más rápidamente la información sobre conductores que cometan infracciones fuera de su país de registro, incluyendo delitos como conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, exceso de velocidad, no usar el cinturón de seguridad o manipular el teléfono móvil al volante.
El objetivo es claro: garantizar que ninguna infracción quede sin consecuencias, sin importar el país en el que se haya cometido.
Más seguridad y formación moderna
Las nuevas normativas obligan a los estados miembros a elevar la calidad de la formación y los exámenes de conducción. Las pruebas deberán abarcar el uso de sistemas de asistencia al conductor, la conciencia sobre los puntos ciegos, el uso responsable de dispositivos electrónicos y las reglas de protección para peatones y ciclistas.
Además, se introduce un período de prueba de al menos dos años para los nuevos conductores, durante el cual se aplicarán sanciones más severas por infracciones graves, como conducir bajo los efectos de sustancias, exceder los límites de velocidad o no usar el cinturón.
“Las profesiones del transporte serán más atractivas”
La ponente del Parlamento Europeo, Jutta Paulus (Verts/ALE, Alemania), destacó que las nuevas reglas modernizan la profesión y la hacen más accesible.
La nueva directiva introducirá licencias digitales, ofreciendo a los ciudadanos la opción entre una aplicación y una tarjeta física. La formación incluirá más aspectos sobre la seguridad de peatones y ciclistas. Además, los voluntarios —como bomberos o rescatistas— podrán conducir vehículos con privilegios más fácilmente”, señaló Paulus.
Tres años para aplicar los cambios
Las nuevas normas entrarán en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. A partir de ese momento, los estados miembros dispondrán de tres años para incorporarlas a su legislación nacional, y un año adicional para implementar completamente el sistema.
Esta reforma forma parte del amplio paquete de medidas de la estrategia “Visión Cero” de la UE, cuyo objetivo es eliminar las muertes en el transporte vial para 2050.
Con este paso, la Unión Europea avanza hacia un modelo de movilidad más seguro, moderno y conectado, donde la tecnología y la formación se convierten en los pilares de una conducción responsable y sostenible.