La fábrica de Ludwigsfelde, pilar de la industria de Brandeburgo durante más de 30 años, produce anualmente alrededor de 60.000 versiones especializadas del Sprinter y vehículos eléctricos. Actualmente emplea a más de 2.200 personas.
Los planes de Mercedes han encontrado fuerte oposición por parte de los sindicatos. Según Tobias Kunzmann, de IG Metall (el sindicato de trabajadores del metal industrial), la decisión es “inaceptable“, y la organización ha anunciado protestas.
La razón: costos en aumento y presión de China
El motivo para trasladar la producción son los altos costos en Alemania y la creciente competencia de China. Se estima que los costos laborales en Alemania son hasta cinco veces superiores a los de Polonia, que también se ha convertido en el segundo mayor productor mundial de baterías para vehículos eléctricos después de China.
Una nueva inversión en Jawor, donde Mercedes produce motores y baterías para híbridos desde 2019, requerirá 1.528 millones de PLN (360 millones de euros). Para 2027, el grupo planea crear 300 nuevos empleos, incluidos 30 para especialistas con educación superior.
Un nuevo hogar para el e-Sprinter
La producción de la versión eléctrica del popular Sprinter, el e-Sprinter, se trasladará a Polonia. Este movimiento forma parte de una estrategia más amplia de electrificación de la gama de vehículos de reparto de Mercedes.
Consecuentemente, Jawor se convertirá en un punto clave en el mapa de transformación de la empresa. La inversión se alinea con la tendencia de trasladar la producción a países con menores costos laborales, ofreciendo proximidad a los mercados consumidores y un entorno económico estable.
Tensiones a ambos lados del Oder
La decisión de cerrar la planta en Alemania está generando reacciones intensas. Las autoridades de Brandeburgo destacan que la instalación de Ludwigsfelde aún posee infraestructura moderna y personal altamente calificado, y el gobierno estatal aboga por mantener alguna producción de vehículos de combustión en la planta.
Mientras tanto, para Polonia, el traslado representa una gran oportunidad para fortalecer su posición en los sectores automotriz y de electromovilidad europeos. Para Alemania, es una señal dolorosa del aumento de la presión de costos y de la necesidad de reestructuración industrial.