Mientras la Unión Europea sigue sin aprobar la esperada revisión de la directiva sobre masas y dimensiones, España ha decidido adelantarse. El país introduce por su cuenta un aumento del peso máximo permitido para los vehículos pesados, con el objetivo de mejorar la eficiencia del transporte y responder a la transición hacia flotas de bajas emisiones. No obstante, la decisión ha encendido las alarmas entre los transportistas portuarios.
Cambios que entran hoy en vigor
El Boletín Oficial del Estado publicó el 23 de julio la disposición que eleva de 40 a 44 toneladas el peso máximo autorizado para los camiones de cinco o más ejes dedicados al transporte de mercancías por carretera. En el caso del transporte intermodal, el límite aumenta hasta 46 toneladas.
La norma entra en vigor tres meses después de su publicación, es decir, hoy, 23 de octubre. En el caso de las cisternas, la aplicación se pospone hasta el 23 de enero de 2026.
“Sin sistema de control, esto es una invitación al abuso”
La Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas Portuarios (Fenatport) rechaza frontalmente la medida. La organización denuncia que autorizar vehículos de hasta 46 toneladas sin un sistema de verificación obligatorio abre la puerta a abusos y fraudes.
Según recuerda la federación, la normativa europea define el transporte intermodal como aquel en el que el tramo por carretera no puede superar los 150 kilómetros en línea recta entre el punto de carga o descarga y la terminal. Sin embargo, sin mecanismos de control efectivos, existe el riesgo de que muchas operaciones sean clasificadas de forma fraudulenta como intermodales.
Un sector portuario que se siente excluido
Fenatport lleva desde 2018 participando en las consultas legislativas y asegura que sus advertencias no fueron escuchadas. La federación considera que el cambio agrava las desigualdades entre grandes operadores y transportistas individuales, no ha sido consultado con el sector portuario y genera ambigüedades interpretativas que ya están provocando conflictos locales en algunos puertos.
“Se está aplicando una norma sin preparación ni claridad operativa”, sostienen desde la organización, que advierte de una creciente tensión en los puertos españoles.
Llamado urgente a un sistema de control obligatorio
Para Fenatport, resulta imprescindible establecer un sistema transparente de verificación que permita comprobar, desde la emisión del pedido, si la operación cumple realmente los criterios del transporte intermodal.
La federación alerta de que la falta de control distorsiona el mercado y puede ejercer una presión competitiva insostenible sobre los pequeños operadores.
¿Quién asume el coste de las toneladas adicionales?
El aumento del peso también tiene consecuencias económicas. Fenatport recuerda que más toneladas implican mayor desgaste de los vehículos, mayor presión sobre las carreteras y costes más altos de mantenimiento. En su opinión, la introducción de las 46 toneladas debería haberse acompañado de una revisión de las tarifas de transporte y de las condiciones económicas.
Entre la sostenibilidad y la realidad del mercado
Paradójicamente, la decisión española se produce mientras asociaciones europeas como ACEA, BGL, FNTR, NLA y TLN reclaman a la Unión Europea que aumente los límites de peso y fomente el uso de vehículos más pesados y de cero emisiones en toda la región. Según estas organizaciones, la falta de una política común retrasará la descarbonización y pondrá en riesgo la competitividad de los transportistas europeos.
Sin embargo, el caso español demuestra que adelantarse sin una base regulatoria sólida puede provocar confusión y desigualdad en el mercado.
Un equilibrio aún por alcanzar
La transición hacia un transporte más sostenible es un objetivo compartido por todos los actores del sector, pero su aplicación requiere coherencia, transparencia y control efectivo. De lo contrario, advierte Fenatport, las 46 toneladas sin control pueden ser el primer paso hacia el caos.
El desafío está claro: combinar los objetivos climáticos de Europa con la realidad operativa del transporte por carretera. Solo una implementación sensata y coordinada garantizará que el camino hacia un transporte sostenible no se convierta en un recorrido accidentado.