El pasado 2 de septiembre en Małoszów (Voivodato de Świętokrzyskie), inspectores de la Inspección de Transporte por Carretera (WITD) de Cracovia detuvieron un vehículo articulado perteneciente a un transportista polaco. Aunque las dimensiones y el peso del camión cumplían con la normativa, el análisis del tacógrafo reveló una situación límite.
El conductor acumuló 94 infracciones de las reglas de conducción, pausas obligatorias y descansos. Entre ellas destacaron:
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42 casos de exceder el tiempo máximo de conducción sin descanso,
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19 reducciones ilegales del descanso diario,
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23 excesos del tiempo de conducción diario,
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además de múltiples incumplimientos relacionados con los descansos semanales y ciclos de trabajo.
Conducción de casi 29 horas seguidas
Las violaciones más graves sorprendieron incluso a los inspectores:
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conducción ininterrumpida de 28 horas y 33 minutos (cuando el límite máximo es de 10 horas),
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superar en más de 24 horas el límite quincenal de conducción,
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reducir el descanso diario a solo 2 horas y 38 minutos en lugar de las 11 horas reglamentarias.
La inspección técnica tampoco dejó lugar a dudas: el vehículo presentaba neumáticos dañados en el remolque y fugas en el sistema neumático. Como consecuencia, se retiró el certificado de registro y se prohibió continuar el viaje.
Multas para todos los responsables
La magnitud de las infracciones derivó en un fuerte paquete de sanciones:
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al transportista se le impuso un procedimiento administrativo con una multa de 113.450 PLN,
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el gestor de transporte se enfrenta a hasta 9.000 PLN de sanción,
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el conductor recibió una multa de 2.000 PLN.
Seguridad vial en el punto de mira
Más allá de las cifras, este caso ilustra un problema grave: la falta de descanso y el descuido técnico suponen una amenaza directa para la seguridad en carretera. Conducir “al límite de la resistencia” pone en riesgo tanto al propio chófer como a otros usuarios de la vía.
Las autoridades de transporte polacas aseguran que continuarán con controles estrictos para apartar de las carreteras a los operadores y conductores que representen un peligro real.