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Nueva propuesta para la normativa de Euroviñeta: la industria advierte sobre un sistema de tasas demasiado rígido

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La Comisión Europea ha presentado una versión revisada de la Directiva Euroviñeta, destinada a simplificar la legislación vigente y adaptarla a los nuevos estándares de emisiones de CO₂ para vehículos pesados. Mientras Bruselas afirma que los cambios buscan aumentar la claridad jurídica, el sector del transporte advierte que una vinculación excesivamente rígida entre las tasas y las emisiones podría afectar la competitividad del transporte por carretera en Europa.

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Actualización para una mayor claridad

La nueva propuesta de la Comisión Europea se refiere a la Directiva 1999/62/CE, conocida como Directiva Euroviñeta, que regula las normas sobre la imposición de peajes y tasas por el uso de la infraestructura vial en la Unión Europea. El sistema se basa en dos principios fundamentales: “quien contamina paga” y “quien usa paga”.

Bruselas subraya que la actualización de la normativa tiene un carácter principalmente técnico y clarificador, cuyo objetivo es alinear las disposiciones actuales con las reglas más recientes sobre emisiones de CO₂ en vehículos pesados, sin modificar los objetivos medioambientales establecidos.

La Comisión explica en su comunicado que la propuesta pretende proporcionar mayor claridad legal y previsibilidad, permitiendo a las administraciones nacionales y a las empresas de transporte comprender mejor sus derechos y obligaciones.

El proyecto será examinado ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE dentro del procedimiento legislativo ordinario.

IRU: se necesitan soluciones más flexibles

La Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) ha expresado reservas respecto a la propuesta de Bruselas y advierte sobre el riesgo de consolidar un sistema de peajes excesivamente rígido.

Según la IRU, la nueva versión “institucionaliza un mecanismo inflexible” al vincular las tasas exclusivamente a las emisiones de CO₂ de los vehículos, sin tener en cuenta otras alternativas tecnológicas de bajas o nulas emisiones.

Esto se presenta como un ejercicio de simplificación, pero en realidad refuerza un sistema demasiado rígido. La variación de las tasas sigue dependiendo únicamente de los parámetros de emisión de CO₂, sin reconocer las alternativas de bajas emisiones o neutrales en carbono”, enfatiza Raluca Marian, Directora de la IRU para Asuntos de la Unión Europea.

Flexibilidad limitada y falta de incentivos

La organización advierte que las nuevas reglas de clasificación para vehículos de doble combustible, adaptados o especializados reducen la flexibilidad del sistema y penalizan a los operadores que invierten en tecnologías distintas a la eléctrica.

Asimismo, la IRU lamenta que la propuesta carezca de mecanismos financieros eficaces que permitan destinar los ingresos procedentes de las tasas por CO₂ a apoyar la descarbonización del transporte por carretera, al menos durante el período de transición.

En opinión de la organización, la enmienda repite en gran medida la versión anterior del proyecto (COM(2023)189) sin abordar las cuestiones más relevantes. Aún falta claridad sobre los plazos de implementación del sistema VECTO para remolques y semirremolques, así como sobre las normas de emisión aplicables a las primeras matriculaciones.

La IRU sostiene que la Unión Europea debería aprovechar esta oportunidad para crear un sistema de peajes más justo, flexible y adaptado a la realidad del mercado, que apoye todas las vías viables hacia la descarbonización del transporte por carretera.

Los legisladores europeos deben construir un sistema que no solo promueva la reducción de emisiones, sino que también respalde a los empresarios que mantienen en movimiento la economía y las mercancías de Europa”, concluye la IRU.

El futuro de la Euroviñeta

La Directiva Euroviñeta sigue siendo una de las herramientas clave de la política de transporte de la Unión Europea. Su principio básico, “quien contamina paga”, tiene como objetivo fomentar la renovación de las flotas y la inversión en tecnologías más limpias.

Sin embargo, el sector advierte que una implementación demasiado rápida y sin apoyo financiero adecuado podría tener el efecto contrario, afectando tanto a la competitividad de las empresas como a la transición hacia un transporte más sostenible.

La forma final de la nueva normativa se conocerá solo tras su adopción por el Parlamento Europeo y el Consejo. Hasta entonces, los transportistas y las asociaciones del sector han anunciado su participación activa en las consultas, abogando por un sistema de peajes más equilibrado, práctico y justo para el transporte europeo.

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